Cómo empezar el dia. Eran las nueve de la mañana de un día cualquiera y levantarse era dificil, asi que seguí en la cama, tomando consciencia de todo mi ser y de mi existencia. Comencé por mi respiración  modulando consciente su ritmo hasta conseguir convertirla en vehículo privilegiado, en  instrumento esencial de apertura de los planos físico, energético y mental. Alcancé también  otros niveles de conciencia que escapan del estado ordinario habitual, que me llevaron a conectar con la  parte intrínseca del Ser completo. La respuesta de mi organismo fue muy interesante. Comencé un viaje desconocido, sin paisajes, sin espacios, todo universo, fue el instrumento de conocimiento en la vía interior.
De pronto entronqué con la realidad inmediata. Vi movilizada mi propia energía, que es guía y camino.
A partir de ese momento mi actitud de testigo ecuánime mantenida durante la respiración amplió el estado de conciencia, permitiéndome observar el carrusel de pensamientos que gira y de cuyo devenir con frecuencia suelo ser simple ente expectante. Fue el principio, comencé a percibir además emociones y sensaciones corporales más o menos sutiles, agradables o desagradables, que emergian por causa de la activación energética y que me permitieron acceder a lo inconsciente pero no por eso menos real.
En aquella ocasión la  respiración fue la  llave para abrir puertas, espacios internos que en estado de vigilia permanecen oscuros.Como semilla que en condiciones adecuadas puede desarrollar todo el potencial que le es innato al ser humano.